Los impactos a la calidad del agua superficial serán insignificantes
mientras la explotación se haga en arroyos secos.
Los impactos a la calidad del agua
subterránea dependerán del grado al cual la operación minera origine derrames de
gasolina, aceite, y otros productos químicos, los cuales puedan alcanzar eventualmente la tabla del agua.
El aumento en el ruido y el polvo dependerá directamente del volumen de explotación.