BIOGRAFIA DEL PROF. INOCENCIO FIGUEROA ESTELA
I. Epoca 1927-83 En el año 1927, dos jóvenes enamorados, hijos de hacendados rivales del pueblo de Vichaycocha, en la localidad de Canta, actual provincia de Huaral, se unieron en matrimonio. Ellos eran Don Cecilio Figueroa y Doña Baselisa Estela Susanibar. Como consecuencia de esta unión, la familia Estela desheredó a su única hija mujer, la cual fue a vivir a la hacienda de la familia Figueroa. Producto de esta unión nació el 27 de julio de 1928 un pequeño a quien pusieron por nombre Inocencio, pues era un ser inocente, ajeno a los confictos familiares, que vino a dar alegría a esta joven pareja. El niño fue bautizado a los dos meses en la parroquia de Pacaraos, donde sus padres se casaron. Sin embargo, una fatalidad cambió el curso de su vida: El joven Cecilio cayó gravemente enfermo, y pese a las mejores atenciones médicas que tuvo, falleció. Los abuelos paternos del pequeño, al fallecer su único hijo, quisieron quitárselo a su madre. Ella, renegada por su familia, y ante la amenaza que los esposos Figueroa le arrebataran a su niño, huyó de la localidad. Sola, y con un pequeño en brazos, Baselisa llegó a Chancay, y fue acogida en la hacienda de Chancayllo por una familia pobre que se dedicaba al cultivo del campo. Así, ella empezó a trabajar la tierra para atender a sus necesidades y las de su hijo. Inocencio pasó su infancia jugando entre sembríos. Al cabo de unos años, su madre conoció a Don Francisco Carbajal, viudo como ella, que tenía tres hijos pequeños (Gilberto, Fernando, y María), y que trabajaba en la hacienda contigua. El, hombre de experiencia, le prometió a ella que cuidaría de ambos y sería un padre para el niño. Así, Baselisa vuelve a contraer nupcias, y para que ella ya no trabaje, viajan buscando nuevos horizontes. Se establecen en la Hacienda Pariachi, en el distrito de Vitarte, donde Don Francisco trabaja de caporal. Viene después la pequeña Margarita, que compartiría con los otros ninos la sencillez del hogar. Todo parecía ir de maravillas, hasta que un incendio destruyó la casa en que vivían, y tienen que empezar de nuevo. Es así que se establecen en Chosica. Allí, Inocencio va al colegio, termina sus estudios primarios, y al entrar a la secundaria, su madrina la Señorita Leonor Oquendo, al ver las necesidades que pasaban, pide permiso para llevar a Inocencio a continuar sus estudios secundarios en Arequipa. El, contento con viajar e ir a estudiar a otra localidad, ruega a sus padres que lo dejen ir.
Realiza los dos primeros años de secundaria
en Arequipa, y conoce, a través de su madrina,
al Padre Joseph Donald, quien lo lleva
a Puno, donde termina sus estudios secundarios
en el Camp Puno de los Maryknoll.
Es por ese entonces que se interesa
por el latín y la teología, y comienza
sus estudios con ellos hasta 1954, y los concluye
en la Facultad Pontificia de Teología
de Lima, graduándose como Bachiller
en Teología en Mayo de 1956.
Su acercamiento a Dios y a la Iglesia
siempre fue profundo e intenso, tanto
que hace votos de pobreza y castidad.
Vuelto a su hogar comparte con su hermana
Margarita sus experiencias y conocimientos,
pues los otros niños ya ahora jóvenes se han casado.
Por ese entonces su madre sufre una afección
cardíaca, y él se queda a trabajar como
profesor de los cursos de Inglés y Humanidades
en el Colegio Corazón de Jesús de Chosica
y en el Colegio San Juan de Chaclacayo,
para estar cerca de ella. Su madre fallece
el 1ro. de Diciembre de 1956 y él se queda
acompañando a su hermana y al "Caballero,"
como llamaba a Don Francisco, hasta 1958, año en que
su hermana se casa. Cabe señalar que en cuanto
al Inglés, Inocencio fue un autodidacta; no estudió
en ningún centro de estudios. Sin embargo,
su pronunciación y escritura fue muy buena.
A partir de esa fecha viene a vivir a Lima, en el Jirón Julio C. Tello, en Lince, y empieza a dictar clases particulares a niños que lo requerían. Recordaba alguna vez que entre uno de esos alumnos tuvo al que fuera Ex-Ministro de Economía Carlos Bologna. Hace una especialidad en el Instituto de Relaciones Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, obteniendo el título de Especialista en Relaciones Humanas en la Educación en Marzo de 1959. Ese año fallece el "Caballero," y sus visitas dominicales a su hermana se hacen más frecuentes a partir de entonces. Un primer sobrino nace y su emoción es muy grande. Cada nacimiento de un sobrino fue para él un acontecimiento muy especial. Sus sobrinos siempre recordarán cuando su Tío Ino, como le llamaban, llegaba los domingos a eso del mediodía, con su bolsa llena de frutas y con su vino "Sauternes," para hacer un brindis de agradecimiento después de las comidas. En las fechas de cumpleaños y en las Navidades, el aparecía con regalos para todos. En Abril de ese año se incorpora como profesor de los cursos de Humanidades en el Colegio Parroquial Santa Rosa de Lima, en Lince, donde se encuentra con antiguos amigos de la congregación de los Maryknoll, entre ellos, el Padre Lawler. Permanece en esa casa de estudios hasta Mayo de 1983, en que se retira con mucha pena, pues sus obligaciones como abogado de la Universidad Particular Ricardo Palma le absorben mucho tiempo. Sus recuerdos de aquellos años los mantuvo siempre presente hasta el final de sus días, pues no se cansaba de hablar de tantos jóvenes a quienes formó y forjó en su espíritu, hoy hombres y mujeres de bien. Así lo demuestra una de sus discípulas Beatriz Ontaneda, en un artículo publicado en el Diario El Peruano el 24 de Julio de este año, titulado "La Semilla": "Mi profesor de filosofía del colegio puso en mí una semilla portentosa. La semilla de conversar de tú a tú con los clásicos, pensando por ti misma... Gracias, Inocencio, por la semilla..." II. Período 1968-99 En Junio de 1968 viaja a los Estados Unidos becado por la Fundación Fulbright, en el Programa Internacional de Desarrollo para Maestros y el Programa del Gobierno de los Estados Unidos para Cultura y Cooperación Científica. Obtiene la especialización en Educación Secundaria en Indiana University, Washington International Center, y Georgetown University, donde en el Instituto de Lengua Inglesa rindió un examen de suficiencia en Inglés, aprobándolo. Permaneció en los Estados Unidos hasta 1969. Enseñando en las aulas santarrosinas, en su afán siempre de estudio y superación, retomó las aulas universitarias, esta vez en el Programa Académico de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtiene el Bachillerato en Derecho en Febrero de 1974, y el título de abogado en Octubre del mismo año. Se incorpora luego como miembro titular del Colegio de Abogados de Lima en Noviembre de 1974, y al Colegio de Abogados del Callao en Junio de 1975. Fuera de las aulas escolares, trabajaría como abogado en estudio jurídico, y desde 1980 a 1982 se desempeñaría como docente en el departamento de Humanidades de la Universidad San Martín de Porres. En Abril de 1982, la Corte Superior del Distrito Judicial de Lima lo nombra Juez de Paz del Distrito de Pueblo Libre, por un período de dos años. Abandonando las aulas santarrosinas, se dedica de lleno a su labor de abogado de la Universidad Ricardo Palma, cargo que desempeñaría desde Febrero de 1982 hasta 1990. En 1989 los nombran docente del departamento académico de Humanidades, y comienza nuevamente su pedagogía en las aulas universitarias dictando el curso de Derecho Legislativo II. A partir de esa fecha no dejaría la docencia sino hasta Diciembre de 1997, en que aquejado de un preinfarto, y por recomendación médica, tiene que dejar su gran pasión: la docencia. Su espíritu de dar todo de si y de investigación no lo volcaría sólo a las aulas, sino que participó activamente en la elaboración del Proyecto de Norma sobre el Bachillerato Automático en la Facultad de Ciencias Económicas, y en la elaboración de un proyecto de manual sobre la constitución de una pequeña empresa. En 1991 el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas lo nombra miembro de la oficina de registros académicos y estadísticos, cargo que desempeñaría varios años en forma satisfactoria, otorgándosele un reconocimiento por su responsabilidad, eficiencia académica, y conducta intachable. En Enero de 1992, la Universidad lo elige como su representante para que viaje a Cuba al ``Taller Internacional sobre Educación Superior y sus Perspectivas,'' el mismo que fue dictado en la Universidad de La Habana por un período de dos meses. Su ímpetu por aprender y su deseo de superarse cada vez más lo lleva a seguir una maestría en Educación en la Escuela de Post-grado de la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega. En Junio de 1998 obtiene el grado académico de Maestro en Planificación de la Educación con el trabajo titulado: ``Los Programas de Filosofía en la Educación Secundaria Diurna en el Perú desde 1904 a la actualidad.'' Reincorporado a sus labores académicas en Mayo de 1998, luego de un período de descanso médico por cerca de cuatro meses, el Rector y el Consejo Universitario de dicha casa de estudios lo nombran Asesor del Rectorado, y le recomiendan labores de investigación. Sus últimos trabajos en la Universidad Ricardo Palma fueron ``Normas Legales sobre Actividades Académico-administrativas de la Facultad de Ciencias Económicas'' y ``Código de Etica Docente.'' A comienzos de este año su estado de salud recae, siendo hospitalizado en la Clínica Stella Maris de Pueblo Libre en el mes de Marzo por un período de 18 días. Saliendo de allí, permaneció al lado de su hermana Margarita y su familia, hasta el día de su deceso, el 09 de junio. No permaneció postrado en cama; el solía tomar el desayuno, almorzaba, y cenaba con la familia. La noche anterior a su muerte, su hermana a la hora de la cena al verlo un poco mal le propuso llevarlo a la Clínica, pero el se negó y dijo ``Hermanita, déjame morir a tu lado; si amanezco un poco mal, mañana me llevas a la clínica, pero ahora déjame a tu lado.'' Y así fue. Murió esa madrugada en casa, en casa de su hermana, su cuñado, y sus sobrinos, al lado de ellos, al lado de su familia. III. Epílogo No fue una persona expresiva, tal vez introvertido sería una manera de definirlo; parco y mesurado en su hablar, pero sin secretos para con su hermana. Prefería el silencio al bullicio, una buena lectura a las diversiones, música clásica y sacra a las modernas. Casi nunca lo vi bailar, pero recuerdo un Año Nuevo que en casa pusimos música para bailar, y bailó con nosotros; era un poco torpe para ello, y los reconocía. Yo pensaba... baila como los gringos. Su manifestación de carino era acariciarnos la cabeza o darnos unas palmadas en la espalda; así sabíamos que estaba contento o aprobaba algo. En familia fue muy sobrio, sereno y callado, pero las veces que participaba en la charlas familiares, generalmente los domingos despues del almuerzo, era muy profundo, analítico, y crítico, y propiciaba temas que generasen polémica. En casa prefería estar en su habitación con sus libros, revistas o periódicos, recogiendo material de enseñanza no sólo en los cursos que dictaba, sino sobre cualquier tema que le interesara. Con él se podía conversar de cualquier cosa. Sabía tanto de filosofía, como de ecología, música clásica, pintura, etc. Muchas veces de madrugada escuchamos el ruido de las teclas de su máquina de escribir. No tuvo tiempo para aprender computación, aunque sé que le hubiera gustado. Tal vez yo fui quien no tuvo tiempo para enseñarle. ``No sé si aprenderé,'' me decía, ``creo que soy un poco brutito para eso.'' Su vida fue la docencia y gozaba haciéndolo. Le causaba inmenso placer cuando sus alumnos le preguntaban y trataban de ahondar más en los temas. Entonces no vacilaba en prestar y hasta obsequiar sus libros u otro material de estudio para tratar de aplacar ese interés. Así fue no sólo con sus alumnos, sino con también con sus sobrinos, que si bien es cierto que tuvo cuatro (hijos de su hermana), admitía como ``sus otros sobrinos'' a los hijos de ``sus otros hermanos.'' Nunca los diferenció; trató a todos por igual. Era humilde y sencillo. Su espíritu de desprendimiento era tan grande que siempre estuvo dispuesto a ayudar a los demás; jamás le negó su ayuda a nadie y no pensaba en él. El menor de sus sobrinos, médico, a quien le pedimos que hablara en nombre de la familia en su entierro, dijo una gran verdad: ``Tío Ino, ninguno de tus sobrinos negará ni olvidará tu ayuda, porque no ha habido nadie a quien no se la prestaste, y nuestra realización será tu mayor recompensa.'' Quería mucho a su hermana, a quien creo a veces la trató como si fuera su mamá. Bromeaba a veces con su ``amigo,'' así le solía decir a mi padre, su cuñado, quien se llevó en todo momento bien con él, y a quien mi tío le tenía gran aprecio y admiración. Tan es así, que su tésis para optar el título de abogado, y la de su maestría en educación, se las dedicó a mis padres. Era un poco eticoso para comer, pero mi madre siempre le preparaba sus gustos: Pescado al vapor, tallarín saltado, polenta con salsa de tallarines, crema de pallares, su sopas ( de trigo o sémola), y un chupe de papas especial que mi madre le preparaba con papas amarillas, queso, y albahaca. Siempre tuvo una palabra de consuelo para el que se le acercase afligido, una palabra de esperanza para el desconsolado. Dió todo de sí. No atesoró riqueza ni bienes materiales; sólo los espirituales. Infaltable a la misa de las 7 am todos los domingos en la Parroquia San Juan Apóstol de Pueblo Libre, en donde fue velado. El párroco de dicha parroquia, Reverendo Lucho Sánchez, manifestó que había perdido uno de sus mejores feligreses. Su Santidad el Papa Juan Pablo II le envió el añ.'' 1981 "una bendición Apostólica como prenda de constante bendición divina." Luego de misa tomaba desayuno con nosotros; le gustaba cuando mamá preparaba chocolate con leche. Y aunque los últimos domingos ya no iba a misa porque se agitaba mucho al caminar, le llevaban la comunión a la casa. Uno de los últimos temas que conversamos fue acerca de un pasaje bíblico que correspondía, si no me equivoco, a la primera carta de San Juan, Capitulo 13, donde habla sobre el amor. Recuerdo que me decía: ``El amor es lo más grande, no la fuerza, sino el amor. Dios es todo... El es amor. El amor es lo que debe prevalecer; eso es lo que mueve todo.'' Desde comienzos de este año decidí, debido a su estado de salud, acompañarlo a donde fuese, y no miento que no hubo ni una sola vez en que alguien no se le acercase y le dijese: ``Profesor Figueroa, se acuerda Ud. de mí? Soy fulanito. Ud. me enseñó tal curso en tal fecha en tal sitio...'' Y conocí a través de él a mucha gente: economistas, contadores, secretarias, doctores; en fin, varias personas. Yo decía en mi casa: "Mi Tío no ha sido un profesor más, ha sido un buen profesor. No cualquiera al verlo deja de hacer sus labores, o cruza la acera, o se detiene, y se acerca a un profesor que no ha dejado huella en él, para abrazarlo y decirle ``Profesor...''" No se casó sino con su fe, con sus libros; no tuvo hijos, pero creo, sintió que cada uno de nosotros, sus sobrinos o sus alumnos, lo fue. Por eso trató de darnos los que sabía, sus enseñanzas. Hoy conozco mas de ti y te valoro, te aprecio y te admiro. Tal vez no supe comprenderte, o entender tus palabras, pero quiero que sepas que te amo y te amé mucho. Tus palabras y consejos los tengo presentes, y tu recuerdo hará que cada día trate de superarme más. Algún día nos volveremos a ver; trataré de ser mejor para ese entonces. Tu sobrina, María Claudia Gómez Carbajal |