LOS DESLIZAMIENTOS EN EL VALLE DE VÍTOR,
AREQUIPA, PERÚ
Victor M. Ponce
19 Enero 2010
• INTRODUCCIÓN •
El valle de Vítor está siendo
amenazado por impactos hidrológicos y ambientales los cuales son directamente atribuíbles a las irrigaciones vecinas.
Las irrigaciones de La Joya y San Isidro-La Cano hacen producir las extensas pampas suprayacentes,
las cuales carecen de agua en condiciones naturales. Los impactos son de dos tipos:
- el aumento de la salinidad del agua del río Vítor, luego de recibir las aguas de retorno de las irrigaciones, y
- los deslizamientos de las laderas del valle, debido a la destabilización producida por el drenaje descontrolado de las aguas de retorno.
El problema trae consigo la degradación de la actividad agrícola en los valles de Vítor y Quilca, localizados aguas abajo.
El aumento de las sales disueltas en el agua de riego limita eventualmente el tipo de cultivo y disminuye su productividad.
Los deslizamientos comprometen áreas que anteriormente formaban parte del valle, causando daños considerables.
En algunos casos, estos deslizamientos comprometen la sección hidráulica del río,
el cual se ve obligado, durante avenidas, a cargar con los materiales deleznables, depositándolos aguas abajo conforme el río pierde su capacidad
de transporte (Fig. 2).
El proceso de impacto es gradual, pudiendo tomar varias décadas para desarrollarse.
Fig. 2 En el sector Punillo de La Cano, el deslizamiento está próximo al río.
El problema es de naturaleza interdisciplinaria, con aspectos geológicos, geomorfológicos,
hidrogeológicos, geotécnicos,
y de irrigación y drenaje agrícola.
Además, el problema tiene una fuerte componente social y económica, pues las irrigaciones involucran a muchos actores y representan una
importante fuente de riqueza.
• ANTECEDENTES •
La costa sur del Perú, particularmente en el departamento de Arequipa, contiene numerosas formaciones sedimentarias
de origen terciario y pleistocenas antiguas.
Estas formaciones se caracterizan por ser de morfología suave, ligeramente onduladas, lo que les ha merecido el nombre de "pampas."
Además, contienen una gran cantidad de sales, lo cual revela un probable origen marino.
Durante el Cuarternario, estas formaciones fueron cortadas por varios cursos de agua que descienden de los Andes,
entre los cuales están los ríos Chili-Vitor-Quilca y Colca-Majes-Camaná.
El río Chili, luego de atravesar la ciudad de Arequipa, se une con el río Yura en la cabecera del valle de Vítor,
para formar el río Vítor. A su vez,
el río Vítor se une con el Siguas para formar el Quilca, el cual fluye hacia el Océano Pacífico.
El valle del río Vítor
discurre a un desnivel de aproximadamente 220-260 m respecto a las pampas suprayacentes (Fig. 3). Las irrigaciones de La Joya y San Isidro La Cano
están ubicadas en las pampas contiguas al río Vítor, en la margen izquierda.
Fig. 3 Deslizamiento de Pie de Cuesta, en La Joya, mostrando el desnivel (260 m) entre las pampas y el valle de Vítor.
La agricultura en los valles de la costa peruana, entre ellos, el valle de Vítor, es muy antigua, remontándose
probablemente a los tiempos pre-Incas.
En épocas más recientes, a partir del siglo pasado, el gobierno peruano ha impulsado la irrigación
de las pampas,
con el fin de hacer producir el desierto.
La problemática del desarrollo agrícola de la costa sur del Perú puede resumirse en las siguientes observaciones:
- Los ríos tienen agua superficial una buena parte del año, lo que hace posible la agricultura irrigada en los valles cuaternarios.
- Las pampas vecinas también pueden ser irrigadas, tomando el agua de los ríos y conduciéndola
hacia las áreas irrigables.
- La irrigación de pampas salinas requiere siempre de un drenaje adecuado para el lavado de las sales.
- El drenaje resulta en un aumento de la salinidad de las aguas superficiales, aguas abajo de las irrigaciones.
- El drenaje descontrolado de las aguas de retorno puede causar deslizamientos en las laderas de los valles (Fig. 4).
Fig. 4 Deslizamiento del talud en el sector Punillo (La Cano), acaecido a las 12:30 pm del 29 de junio de 2007.
El desafío social es cómo hacer las irrigaciones y a la vez mitigar los impactos
hidrológicos y ambientales causados por éstas.
El aumento de la salinidad de las aguas superficiales parece no tener una solución económicamente viable.
Puede ser mitigado con el tratamiento de las aguas de retorno y la evacuación apropiada de las salmueras resultantes.
Los deslizamientos de las laderas puede mitigarse con el uso de
sistemas que minimicen el drenaje descontrolado de las aguas de retorno.
La solución de estos problemas requerirá el uso de grandes recursos económicos,
además del consenso de los actores locales.
• HISTORIA •
En el departamento de Arequipa,
las irrigaciones de La Joya y San Isidro-La Cano, entre otras, vienen produciendo una series de impactos
hidrológicos y ambientales en los valles vecinos.
Un impacto significativo es el deterioro progresivo de la calidad del agua superficial.
Esto se debe principalmente al lavado de las sales naturalmente contenidas en el perfil geológico,
sales que están disueltas en las aguas de retorno de las irrigaciones.
En La Joya, estos procesos de drenaje y contaminación de las aguas superficiales
comienzan a partir del año 1940, y en San Isidro-La Cano a partir del año 1975.
El deterioro de la calidad del agua en el valle del río Vítor es bastante marcado.
Las mediciones de conductividad eléctrica del agua muestran un aumento de casi
600%, desde 1.1 dS/m aguas arriba del valle, en el sector Palca, hasta 6.0 dS/m aguas abajo, en el sector Santa Rosa (Fig. 4)
[dS/m = deciSiemens/m; 1 dS/m = 1 mmho/cm].
En la margen izquierda, dentro del área de influencia de La Joya,
las mediciones de conductividad eléctrica varían de 1.5 a 4.3 dS/m. Cabe mencionar que los cultivos más sensibles
usualmente comienzan a experimentar reducciones en la productividad cuando la conductividad eléctrica del agua de riego excede 1.5 dS/m.
Fig. 5 Aforos y mediciones de salinidad en el valle de Vítor, agosto de 1992.
Las filtraciones en las cuestas vecinas a La Joya, particularmente en la localidad de Pie de Cuesta, comenzaron alrededor del año 1956.
Eventualmente las filtraciones sustentaron el desarrollo de comunidades vegetativas riparias en las laderas, las que aún pueden observarse
en diversos lugares (Fig. 3). Con el tiempo, las filtraciones se canalizaron en sendos cursos de agua, los cuales bajan torrencialmente
y van a aumentar, directa o indirectamente, el caudal del río Vítor.
El deslizamiento de Pie de Cuesta se inició el 6 de octubre de 1974, aparentemente coincidente con un sismo en Arequipa.
El colapso o derrume mayor ocurrió el 9 de enero de 1975, casi simultáneamente con otro deslizamiento menor en la quebrada
de Gallinazos, cercana a Pie de Cuesta.
El deslizamiento sepultó la escuela, varias viviendas, y se detuvo en el lugar donde está la iglesia.
Cubrió además
unas seis hectáreas del área irrigada del valle.
Se estima que ya ha comprometido casi un 20% del ancho del valle (Fig. 1).
Cabe mencionar que el deslizamiento de Pie de Cuesta interrumpió y dejó
inoperable el antiguo canal de irrigación La Cano, el cual conducía
aguas superficiales tomadas del río Vítor. El actual canal La Cano toma las aguas de retorno de La Joya en la quebrada San Luis,
conduciéndolas hacia las pampas de San Isidro-La Cano (Fig. 6).
Fig. 6 El canal de irrigación La Cano.
En 1978, en el sector La Cossío del valle de Vítor, comenzaron a humedecerse los taludes y a producirse pequeños deslizamientos,
los que fueron seguidos en 1984 por el colapso mayor.
En 1985, el sector Santa Rosa experimentó los mismos problemas.
En el sector Punillo, los humedecimientos comenzaron
en 1986, y luego en noviembre de 1994 se produjo un gran derrume que ocupó el cauce del río Vítor, desbordándose
éste por los terrenos de
cultivo de la margen derecha.
En julio del 2007, se produjeron pequeños deslizamientos en la zona del valle de Vítor vecina al sector La Cano.
Estos deslizamientos son de tamaño pequeño, pero de una regularidad que invita preocupación.
Según los pobladores de la zona, la intensa actividad geodinámica comenzó recientemente, a mediados de junio de 2007.
Dadas las actuales circunstancias, puede concluirse que las laderas del valle de Vítor, particularmente las de la margen izquierda,
están en un proceso geodinámico activo.
El ultimo deslizamiento ocurrió en noviembre de este año.
• VISITAS DE CAMPO •
EL deslizamiento de Pie de Cuesta ocurrió en enero de 1975 (Fig. 1). Actualmente
el deslizamiento abarca unas seis hectáreas
de terreno dentro del valle (Fig. 7). El deslizamiento también compromete algunas edificaciones,
las cuales han sido abandonadas.
Fig. 7 Vista panorámica del deslizamiento en el sector Pie de Cuesta, valle de Vítor.
El 1 de julio de 2007 se observaron nuevos deslizamientos de los taludes en La Cano.
Se observó de cerca el estado de los taludes, pudiendo confirmarse que están en una condición geodinámica muy activa.
Varias porciones del talud estaban en una situación de falla inminente (Figs. 9 y 10).
En esta zona, la elevación de la pampa es de 1,307 m, mientras que el río adyacente está a 1,081 m, lo que da una altura total
de talud de 226 m.
Pudo también observarse la presencia de una laguna grande
aproximadamente cerca al medio del talud (en la elevación 1,179 m), y otra pequeña muy cercana (Fig. 8).
Es indudable que el agua de estas lagunas origina en filtraciones de San Isidro-La Cano.
Fig. 8 Laguna que se ha formado por las filtraciones en el sector Punillo de San Isidro-La Cano.
El origen de estos deslizamientos se atribuye a las filtraciones de las aguas de retorno de la irrigaciones. La diferencia de elevación entre las pampas
(La Joya y La Cano)
y el valle de Vítor es de 220-260 metros. El sistema de irrigación usado produce filtraciones considerables de agua,
las que al buscar su curso natural, comprometen la estabilidad geomecánica de los taludes adyacentes al valle de Vítor.
• ESTUDIOS •
Es necesario formular una estrategia para mitigar los impactos hidrológicos y ambientales negativos de las irrigaciones
de La Joya y San Isidro-La Cano en el valle de Vítor. Las irrigaciones están actualmente en operación, y no se espera que desaparezcan;
por lo tanto, la solución es el eventual control del flujo que actualmente drena hacia los taludes.
El problema en La Cano
es álgido, y debe enfocarse con mayor énfasis.
Los estudios de geología y geomorfología deben revisar todo el conocimiento existente respecto a la pampas, su
génesis, composición estratigráfica, y propiedades geológicas. El objetivo es determinar con certeza la estratigrafía
predominante, de manera que permita una evaluación de los posibles conductos naturales de drenaje.
La salinidad de los estratos, superficiales y profundos, debe evaluarse con el fin de servir de base a un eventual diseño.
El talud expuesto en la margen izquierda del valle de Vítor puede servir como un indicador de la geología y estratigrafía
de las pampas (Fig. 14).
Los estudios de hidrogeología deben documentar la presencia de la
napa freática, que permita evaluar las características del flujo subterráneo,
y el efecto que éste pueda tener sobre los deslizamientos (Fig. 9).
Deberá tenerse especial cuidado en evaluar las características de la zona
no saturada, y el efecto que las estratificaciones puedan tener en la dirección del flujo de agua subterránea.
Fig. 9 Deslizamiento en progreso en el sector Punillo de La Cano, el 1 de julio de 2007.
Los estudios de geotecnia deben buscar establecer el factor de seguridad de los taludes, tanto en el sector Pie de Cuesta, donde el deslizamiento parece
estar inmóvil, como en el sector La Cano, donde los movimientos geodinámicos son más recientes.
Los materiales son conglomerados en una matriz de arena fina con limo,
los que podrían perder resistencia bajo ciertas condiciones de depósito, cementación, o
humedecimiento.
Los estudios de geotecnia también podrían considerar la eventual estabilización del talud, luego que se tomen las medidas
correctivas que permitan disminuir el flujo hacia los taludes.
Los estudios de irrigación y drenaje agrícola deben tender a controlar el gasto de drenaje hacia los taludes.
Esto puede hacerse mediante el
reemplazo del sistema existente por un sistema de irrigación por goteo. El riego por goteo disminuye considerablemente
la cantidad de agua de lavado, pero no la elimina.
En todo caso, las sales en exceso deben ser lavadas del perfil del suelo para mantener la productividad del sistema agrícola.
Por lo tanto, siempre habrá una pequeña cantidad de agua de drenaje,
la que tendrá que ser manejada de la mejor manera posible. Para esto puede considerarse un sistema de drenaje que colecte
las aguas de las irrigaciones de las pampas, particularmente las de La Cano, y las conduzca de manera controlada hacia aguas abajo (Fig. 10).
Fig. 10 Deslizamiento inminente y en progreso en el sector Punillo de La Cano, el 1 de julio de 2007.
El cambio del sistema de irrigación envuelve consideraciones de orden técnico, social, y económico, que deben
tomarse muy en cuenta. La solución debe ser integral, consensuada con los usuarios, y financiada total o parcialmente por el gobierno central,
con la ayuda de bancos multilaterales tales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El objetivo es controlar los deslizamientos; de lo contrario, el problema se hará
insostenible a mediano y largo plazo.
El impacto del aumento en la salinidad aguas abajo debe documentarse mediante un programa de mediciones de cantidad y calidad del agua de drenaje
de las irrigaciones. Debe monitorearse la tendencia a incrementos en la salinidad de las aguas superficiales, con el fin de informar a los usuarios
aguas abajo de la posible reducción en la calidad del agua (Fig. 5).
• SOLUCIONES •
La primera solución es un programa de drenaje de las pampas irrigadas, con el fin de conducir los flujos mayores
ya establecidos (en el pasado), y los menores que se establezcan en el futuro (siempre será necesario el lavado), por conductos de drenaje controlados, hacia
aguas abajo. Esta solución es costosa y de mucho riesgo.
La segunda solución consiste en la estabilización del talud, para evitar fallas
descontroladas en las cuales
el material deleznable pueda llegar eventualmente a la proximidad del río Vitor. Esta solución puede ser costosa,
pues la altura total del talud es de aproximadamente 220-260 metros (Fig. 11).
Una alternativa podría ser la construcción de un dren
paralelo al talud, que colecte y conduzca el agua de retorno de las irrigaciones fuera del área inmediatamente vecina al talud.
Fig. 11 Vista del talud inestable en el sector Punillo de La Cano, valle de Vítor.
Cabe mencionar que no existe actualmente una solución
económicamente viable al problema del incremento de la salinidad de las aguas
superficiales como resultado de la contaminación con las aguas de retorno de las irrigaciones. El tratamiento de aguas salinas es muy oneroso,
y el by-pass hacia el mar, sería muy costoso en este caso.
Además de las soluciones de ingeniería, existe una solución de tipo agronómico que
debe someterse a consideración.
Ésta consiste en el eventual reemplazo de los cultivos tradicionales
por el cultivo intensivo del nopal o cactus que da sustento al insecto parásito denominado
grana cochinilla. Sin embargo, la decisión de convertir hacia
el cactus/cochinilla debe considerar el precio fluctuante
de este producto en los mercados internacionales.
Combinado con el riego por goteo, puede optimizar el uso
del agua en las pampas y, por lo tanto, reducir el gasto de drenaje a los taludes.
Además, algunos agricultores sostienen que el producto es de mejor calidad
cuando el riego se hace con aguas salinas. Este argumento requiere más investigación.
• CONCLUSIONES •
Se presentan las siguientes conclusiones:
- En el valle de Vítor existen varios deslizamientos de la laderas, antiguos y nuevos,
los cuales son atribuíbles a una causal antropogénica (Fig. 12).
- La causa aparente es el drenaje descontrolado de las aguas de retorno provenientes de la irrigaciones de las pampas suprayacentes,
principalmente La Joya y San Isidro-La Cano.
- La situación geológica y geomorfológica local
es tal que las aguas buscan su camino natural, de las pampas hacia el océano, aflorando en los altos taludes adyacentes, y
desestabilizando las pendientes
naturales (Fig. 10).
- Sin ninguna intervención, los impactos negativos del incremento de la salinidad y los deslizamientos de las laderas serán sentidos
aguas abajo, en el valle bajo de Vítor y posiblemente también en el valle de Quilca, a una gran distancia del origen, y por muchos años.
- El proceso de sedimentación y colmatación de la sección del río Vítor-Quilca
será el resultado final de los deslizamientos en La Cano.
- La solución de ingeniería tiene dos componentes:
(1) el drenaje controlado de las pampas, que provea un control adecuado de la salida del flujo; y
(2) la estabilización de los taludes, para evitar que continúen los desmoronamientos.
- a solución agronómica consiste en el reemplazo de los cultivos tradicionales por el binomio cactus/cochinilla,
el cual resulta en menos gasto de drenaje.
- Las soluciones deberán ser consensuadas localmente y financiadas con fondos provenientes de los gobiernos central y regional,
incluyendo financiación internacional.
Fig. 12 Frente del deslizamiento de Pie de Cuesta, valle de Vítor.
Fig. 13 Toma del canal La Cano, en la quebrada San Luis, aguas abajo de La Joya.
Fig. 14 Detalle de las formaciones sedimentarias en los taludes del valle de Vítor.
Fig. 15 Vista aérea de la zona de deslizamientos en el sector La Cano, mostrando las lagunas (Fig. 8).
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© 2010 Victor M. Ponce |
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